miércoles, 28 de abril de 2010

Un Desayuno con "d" mayúscula



Pocas veces podemos disfrutar del desayuno como debe ser, si lo vemos desde el punto de vista del puro gusto de comer. Disfrutar un desayuno completo, y no el que necesariamente sugiere la pirámide de la alimentación, sino el que tiene más sabor (también véase:buffet). El que uno gustaría de comer todas las mañanas, pero que por tiempo, y más que nada, salúd, se hace un poco difícil.

Hace unos días, nuevamente me tocó degustar de dicho placer, y mejor aún, de sorpresa. Paso de frente a describir el menú matutino, así llegamos rápido a lo más interesante:

Una fina selección de panes frescos de la panadería Don Mamino, como el croissant, pan integral, pan de orégano y otros. Suaves, no chiclosos. Habían dos opciones de relleno: láminas de salmón ahumado con queso crema y aceitunas verdes picadas o un simple pero delicioso jamón y queso. (Qué tiene esta ultima combinación que sigue siendo tan exitosa desde que nos la ponen en las loncheras del colegio?).

El huevo revuelto cocinado hasta su punto perfecto de fritura, la clara hecha y la yema a media hacer, revueltos pero no unidos de forma homogénea así se siente el gusto y textura de ambas partes. Aunque algunos les gusta hechar el huevo dentro del pan con salmón, yo prefiero comerlo solo para saborearlo más. Luego, mini salchichas, con la marca de la sartén en ambos lados, como si así quedasen más ricas. No confundir con los hot dogs, estos son los mini chorizos que más se asemejan a los "sausages" que se sirven comunmente en los infartantes desayunos norteamericanos.

Para la contraparte dulce, hubo tostadas francesas, minis también y sin la corteza del pan. Con mantequilla, no aceite y sin que el huevo se cocine totalmente por dentro, tiene un gusto particular. Por supuesto que por encima se le puso miel de maple auténtica, no la Aunt Jemima o marca norteamericana génerica, sino una comprada en nada menos que Canada, país del cual originalmente proviene este producto.

Para tomar, un riquísimo jugo de naranja recién exprimido y café pasado con leche.

Un buffet desayuno grandioso. En el Hotel Marriot? En el Mangos Café? En el San Antonio? No, todo preparado con las manos de mi querido novio...nada mejor.

jueves, 22 de abril de 2010

La ausente comida mexicana


Puede ser por una cuestión de gusto personal, pero convengamos que se ha convertido en una de las comidas más populares internacionalmente: la comida mexicana. Sin embargo, en el Perú, brilla por su ausencia o apenas se presenta en algunos locales poco conocidos.

Tenemos el “Si Señor”, en pleno Miraflores, escondido en una esquina oscura pero colorida por las fuertes luces del local. Los comentarios que se me vienen a la cabeza sobre él son de una oferta mediocre, no muy llamativa, pero al menos, mexicana. Lo negativo, ya que es un restaurante más que un bar, es que recibe muchos grupos de jóvenes que buscan “juergearse” con sus margaritas y shots de tequila.

Luego, está “Como agua para chocolate”, situado al frente del parque El Olivar en San Isidro, en una pequeña calle donde uno podría pasar sin notarlo. Ofrecen una carta variada y de mucho sabor de su país, con ingredientes que ellos mismos traen de afuera, como para no romper las costumbres. Van más allá de los tragos y platos mexicanos estereotipados (véase Taco Bell).

Estos dos restaurantes son de los más representativos, ya que ambos ofrecen una carta entera solo de platos de este país, más decoración y música de allí también. Son dos ofertas completas de la experiencia mexicana. Dos.

Y hasta aquí llegamos. O qué, ¿Chili´s y su tex-mex (texano-mexicano)? Sí, sirven fajitas de carne y quesadillas, pero son unas entre varias opciones en una carta y ambiente que se aleja demasiado de lo que buscamos para poder catalogarlo como una real “opción Mexicana”.
Las últimas posibilidades que podrían caber son los mini locales “stop & go”, donde interpretan su propia versión de burritos para veinteañeros que buscan suavizar los efectos de la resaca a las 3 a.m. Ejemplos de esto son la Super Rueda, o esos lugares en donde Taco está incluido de alguna forma en el nombre del lugar.
Cuando me refiero a su “propia versión” es que difícilmente en estos lugares uno puede pedir un taco o fajita hecha con la tortilla de maíz, sino que termina comiendo un panqueque. Un panqueque con carne. Si queremos experimentar el panqueque con rellenos creativos, nos vamos al Crepes and Waffles o al Palachinke. Y le decimos comida belga o francesa, no mexicana.
Otro típico error de aquellos que quieren ganarse el nombre de locales mexicanos, es la malinterpretación de las salsas. Esto significa que el ají peruano o rocoto queda totalmente prohibido. Aquí queremos la salsa picante que se sirve típicamente en el país del norte, la que puede asemejarse a la nacional, pero que no la es. La salsa roja o verde bien líquida que basta con unas gotas para apreciar (claro que esta es mi muy breve y humilde descripción de las salsas, un tema que se merece una entrada aparte).

En otras palabras, tenemos básicamente dos restaurantes de comida mexicana que se han ganado ese título. Aunque parece que ha aparecido uno llamado “Carlos and Charlies” de Larcomar que podría incluirse en esta lista como “opción nueva”. Se tendrá que ver. Por lo menos, la oferta se va ampliando uno por uno. ¡Vamos por cuatro!

martes, 6 de abril de 2010

EL ingrediente.



EL ingrediente clave....no se trata de un ingrediente especial, secreto de toda receta que uno guarda y mantiene como su propia versión de preparación. La rutina aburre, y que fácil es caer en ella cuando se trata de la comida de todos los días. Situación de muchos, solución que la tienen pocos. Pero démosle un intento a este problema eterno, repetitivo, presente en la vida de todos. Se trata de EL ingrediente que hace la diferencia. La solución a los menús monótonos que solemos almorzar en el trabajo, al llegar a la casa, etc. No se trata de aprenderse recetas espectaculares o pasarse horas en la cocina, porque lo común es que nadie tenga el tiempo. Incorporemos entonces en nuestras recetas diarias UN ingrediente que haga la diferencia, y que pueda convertir una ensalada de tomate y lechuga en algo que nos llame la atención. EL ingrediente puede cambiar la imágen de todas esas comidas que nos hacen abrir la boca mas para bostezar que masticarlas. Hablo de champiñones salteados en ajo o queso roquefort (azul),quizás unas lonjas de salame o prosciutto, si continuamos con el ejemplo de la ensalada. Cada uno de ellos, seniores y senioras, será el ingrediente clave que cambiará sus vidas (un poquito)...

En otras palabras, no tenemos que pasarnos horas buscando recetas por internet (bueno...si se tiene tiempo, porqué no) o anotar todo lo que vemos en el canal Gourmet para obtener nuevas ideas y estimular un paladar hastiado, sino que será suficiente agregar ese ingrediente que hará la gran diferencia.

Si hay algo que estimula el diario vivir en la oficina es que llegue la hora del almuerzo y que uno realmente disfrute lo que esté frente a su plato. Mejor aún, que podamos anticipar un buen almuerzo. Listo, nada mas, con eso nuestro dia mejorará (Nota: el jefe y los compañeros seguirán siendo los mismos y la cantidad de trabajo también). Nada de comida de cafetería hecha con aceites de definitivamente dudosa procedencia, además de que utilizan unas cantidades enfermizas a la hora de cocinar y freír. Nada de mínimas opciones para elegir ni tener que comer algo que ni comeríamos si tuvieramos opción. Ni nada de colas largas en su mini empresa de comida masiva de los centros de trabajo.

Las aceitunas. Qué ingrediente clave tan espectacular. Este puede convertir un mísero pollo a la plancha en un gran pollo a la plancha en salsa de aceitunas licuadas. Puede convertir un tomate relleno de atún en un tomate relleno de atún con aceitunas. Sí que hace la diferencia. La cosa es elegir bien ese ingrediente, porque si fuese cebolla picada, ese atún todavía le faltaría algo y podría pecar de...ABURRIDO! Aunque todo en esta vida es relativo, claro, y la cebolla puede ser la delicia de un comensal particular y aquí no se aceptan prejuicios, menos gastronómicos.

Otro ejemplo: una ensalada de papa, cebolla y el ingrediente clave en este caso: alcaparras. A la gran diferencia.

Si se quiere seguir agregando y creando sus propios mundillos, por supuesto que es una opción, pero la idea es no tener que cranear una preparación alucinante ni muy complicada, y rápida. Será el ingrediente revolucionario y ya. A comer. (o a llenar el táper).