martes, 6 de abril de 2010

EL ingrediente.



EL ingrediente clave....no se trata de un ingrediente especial, secreto de toda receta que uno guarda y mantiene como su propia versión de preparación. La rutina aburre, y que fácil es caer en ella cuando se trata de la comida de todos los días. Situación de muchos, solución que la tienen pocos. Pero démosle un intento a este problema eterno, repetitivo, presente en la vida de todos. Se trata de EL ingrediente que hace la diferencia. La solución a los menús monótonos que solemos almorzar en el trabajo, al llegar a la casa, etc. No se trata de aprenderse recetas espectaculares o pasarse horas en la cocina, porque lo común es que nadie tenga el tiempo. Incorporemos entonces en nuestras recetas diarias UN ingrediente que haga la diferencia, y que pueda convertir una ensalada de tomate y lechuga en algo que nos llame la atención. EL ingrediente puede cambiar la imágen de todas esas comidas que nos hacen abrir la boca mas para bostezar que masticarlas. Hablo de champiñones salteados en ajo o queso roquefort (azul),quizás unas lonjas de salame o prosciutto, si continuamos con el ejemplo de la ensalada. Cada uno de ellos, seniores y senioras, será el ingrediente clave que cambiará sus vidas (un poquito)...

En otras palabras, no tenemos que pasarnos horas buscando recetas por internet (bueno...si se tiene tiempo, porqué no) o anotar todo lo que vemos en el canal Gourmet para obtener nuevas ideas y estimular un paladar hastiado, sino que será suficiente agregar ese ingrediente que hará la gran diferencia.

Si hay algo que estimula el diario vivir en la oficina es que llegue la hora del almuerzo y que uno realmente disfrute lo que esté frente a su plato. Mejor aún, que podamos anticipar un buen almuerzo. Listo, nada mas, con eso nuestro dia mejorará (Nota: el jefe y los compañeros seguirán siendo los mismos y la cantidad de trabajo también). Nada de comida de cafetería hecha con aceites de definitivamente dudosa procedencia, además de que utilizan unas cantidades enfermizas a la hora de cocinar y freír. Nada de mínimas opciones para elegir ni tener que comer algo que ni comeríamos si tuvieramos opción. Ni nada de colas largas en su mini empresa de comida masiva de los centros de trabajo.

Las aceitunas. Qué ingrediente clave tan espectacular. Este puede convertir un mísero pollo a la plancha en un gran pollo a la plancha en salsa de aceitunas licuadas. Puede convertir un tomate relleno de atún en un tomate relleno de atún con aceitunas. Sí que hace la diferencia. La cosa es elegir bien ese ingrediente, porque si fuese cebolla picada, ese atún todavía le faltaría algo y podría pecar de...ABURRIDO! Aunque todo en esta vida es relativo, claro, y la cebolla puede ser la delicia de un comensal particular y aquí no se aceptan prejuicios, menos gastronómicos.

Otro ejemplo: una ensalada de papa, cebolla y el ingrediente clave en este caso: alcaparras. A la gran diferencia.

Si se quiere seguir agregando y creando sus propios mundillos, por supuesto que es una opción, pero la idea es no tener que cranear una preparación alucinante ni muy complicada, y rápida. Será el ingrediente revolucionario y ya. A comer. (o a llenar el táper).

No hay comentarios:

Publicar un comentario