jueves, 22 de abril de 2010

La ausente comida mexicana


Puede ser por una cuestión de gusto personal, pero convengamos que se ha convertido en una de las comidas más populares internacionalmente: la comida mexicana. Sin embargo, en el Perú, brilla por su ausencia o apenas se presenta en algunos locales poco conocidos.

Tenemos el “Si Señor”, en pleno Miraflores, escondido en una esquina oscura pero colorida por las fuertes luces del local. Los comentarios que se me vienen a la cabeza sobre él son de una oferta mediocre, no muy llamativa, pero al menos, mexicana. Lo negativo, ya que es un restaurante más que un bar, es que recibe muchos grupos de jóvenes que buscan “juergearse” con sus margaritas y shots de tequila.

Luego, está “Como agua para chocolate”, situado al frente del parque El Olivar en San Isidro, en una pequeña calle donde uno podría pasar sin notarlo. Ofrecen una carta variada y de mucho sabor de su país, con ingredientes que ellos mismos traen de afuera, como para no romper las costumbres. Van más allá de los tragos y platos mexicanos estereotipados (véase Taco Bell).

Estos dos restaurantes son de los más representativos, ya que ambos ofrecen una carta entera solo de platos de este país, más decoración y música de allí también. Son dos ofertas completas de la experiencia mexicana. Dos.

Y hasta aquí llegamos. O qué, ¿Chili´s y su tex-mex (texano-mexicano)? Sí, sirven fajitas de carne y quesadillas, pero son unas entre varias opciones en una carta y ambiente que se aleja demasiado de lo que buscamos para poder catalogarlo como una real “opción Mexicana”.
Las últimas posibilidades que podrían caber son los mini locales “stop & go”, donde interpretan su propia versión de burritos para veinteañeros que buscan suavizar los efectos de la resaca a las 3 a.m. Ejemplos de esto son la Super Rueda, o esos lugares en donde Taco está incluido de alguna forma en el nombre del lugar.
Cuando me refiero a su “propia versión” es que difícilmente en estos lugares uno puede pedir un taco o fajita hecha con la tortilla de maíz, sino que termina comiendo un panqueque. Un panqueque con carne. Si queremos experimentar el panqueque con rellenos creativos, nos vamos al Crepes and Waffles o al Palachinke. Y le decimos comida belga o francesa, no mexicana.
Otro típico error de aquellos que quieren ganarse el nombre de locales mexicanos, es la malinterpretación de las salsas. Esto significa que el ají peruano o rocoto queda totalmente prohibido. Aquí queremos la salsa picante que se sirve típicamente en el país del norte, la que puede asemejarse a la nacional, pero que no la es. La salsa roja o verde bien líquida que basta con unas gotas para apreciar (claro que esta es mi muy breve y humilde descripción de las salsas, un tema que se merece una entrada aparte).

En otras palabras, tenemos básicamente dos restaurantes de comida mexicana que se han ganado ese título. Aunque parece que ha aparecido uno llamado “Carlos and Charlies” de Larcomar que podría incluirse en esta lista como “opción nueva”. Se tendrá que ver. Por lo menos, la oferta se va ampliando uno por uno. ¡Vamos por cuatro!

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